Red comercial

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¿Qué es para ti la ciudad?

Definir la ciudad es muy complicado, porque varía con el tiempo. Si nos centramos en el presente, la ciudad es una fuente de soluciones y una fuente de problemas. Nuestra especialidad es trabajar en los problemas, que son muy amplios y con muchos frentes. Nuestro trabajo se ha centrado siempre en el espacio público, la naturaleza y la implementación de ellos en la ciudad.

¿Crees que es necesario que adoptemos una visión más holística del espacio urbano?

Ya mucha gente habla de la visión holística del espacio urbano. Es acertado, pero muy matizable. Holístico quiere decir transversal, que podemos sumar todas las cosas. Nuestra opinión es que la solución real está en poner una de esas en el centro de todos los problemas. Y lo que ponemos en el centro es la naturaleza. Generalmente, las personas han estado siempre en el punto de mira y todas las soluciones a los problemas. La idea dar protagonismo a la naturaleza creo que es más potente que una idea, más transversal.

¿Existe la ciudad del futuro?

Mucha gente habla de la ciudad del futuro y se equivoca, porque la ciudad del futuro ya la tenemos aquí. Ya estamos en el futuro. Estamos construyendo ahora los edificios en los que vivirá la gente en sesenta años. Por tanto, el futuro es ya, es ahora. No hay que pensar en cómo serán las cosas, sino en cómo son y cómo las hacemos ahora.

Nuestra opinión es que la solución real está en poner una de esas en el centro de todos los problemas. Y lo que ponemos en el centro es la naturaleza.

Parque sobre la cobertura del ferrocarril

Parque sobre la cobertura del ferrocarril

Vilafranca del Penedès, España

Aquí entrando en un terreno un poco más personal, ¿de dónde nace tu interés por el urbanismo y por la arquitectura?

Mi socio Enric Batlle y yo trabajamos en esto desde hace más de 40 años. El paisaje ha estado siempre ahí: junto al espacio urbano, planeamiento y edificación. Nos viene un poco de todos lados. Enric es hijo de un jardinero, ha vivido siempre rodeado de esa sensibilidad por lo natural. Y mi padre era albañil, con lo cual yo he vivido siempre con la racionalidad de la construcción y de la producción de edificios. Ninguno de los dos nos dedicamos a eso por esas raíces familiares pero, al final, han tenido mucho que ver. Empezamos trabajando los dos juntos en el despacho de Elías Torres y José Antonio Martínez la Peña, donde la idea de la construcción del espacio público y la naturaleza era muy importante, y eso también nos ha influido mucho desde el inicio.

¿Tú crees que Barcelona es un referente en términos de diseño, de arquitectura, y de urbanismo?

Barcelona ha sido una ciudad que, desde los años 80, ha sido modelo de muchas cosas: el mundo siempre nos ha mirado mucho. El hecho de que fuéramos la ciudad más cosmopolita de España en los años 60 y 70 y que, con la recuperación democrática, nos convirtiésemos en un referente en la construcción de espacio público ha hecho que lo que se ha llamado el modelo Barcelona (que no es un modelo, sino que son muchos), haya sido referente en el resto del mundo. En los 80 el New York Times hablaba del modelo Barcelona, y también Le Monde. Siempre se nos ha mirado y lo que se ha hecho aquí ha sido referente en el extranjero. Nosotros también hemos mirado mucho.

Pasado, presente y futuro en la ciudad

¿Qué crees que hemos aprendido de las crisis pasadas y cómo podemos afrontarlas?

Una de las mejores cosas que le ha pasado a la ciudad es haber tenido un problema muy grande y haber sobrevivido. La última pandemia que hemos vivido nos ha enseñado cómo tienen que evolucionar las ciudades. Nos ha enseñado a base de dolor. Pero, si sabemos aprender de lo que ocurrió, mejoraremos las ciudades. Yo creo que en el futuro la unidad mínima de aislamiento no puede ser la casa, tiene que ser el barrio. Tenemos que construir barrios bien dotados, de verde, de servicios, de sanidad y de trabajo. Es muy importante que sean autosuficientes y que se puedan aislar de otras situaciones. Que la vida no se aísle en unidades, sino que se aísle de manera grupal.

Yo soy del barrio de Sants, no me canso de decirlo. Valoro mucho la vida en barrios donde todos los servicios están acumulados, también el trabajo, porque se generan comunidades propias, la famosa ciudad de los 15 minutos que se propagaba tanto donde el movimiento se produce a distancias muy cortas, que se puede ir andando a todos lados y que tienen centros de servicio y luego tienen grandes sistemas de comunicación. Sants, por ejemplo, siempre ha tenido esta característica. El segundo metro que se hizo en Barcelona fue el de la línea transversal que vinculaba Sants con el centro. Siempre había tenido los tranvías, el 56 y el 57, que iban al centro. Siempre ha sido un barrio muy bien comunicado, dónde se ha podido vivir bien, pero también encerrado en sí mismo.

La otra gran crisis, la de 2008, nos tiene que enseñar que la inmobiliaria no tiene que ser un valor de especulación. La inmobiliaria como valor de especulación es un gran error, porque produce ladrillo, pero no produce ciudad, produce edificios que no hacen ciudad. Hay que invertir en ciudad y no en edificios.

Parque Can Bada

Parque Can Bada

Badalona, España
Parque de Vallmora

Parque de Vallmora

El Masnou, España

¿Crees que son necesarios más espacios verdes en la ciudad, más allá de los tradicionales parques y jardines?

Sí, muchas veces nos hemos centrado en que la ciudad debe tener espacios verdes. Diferenciamos la casa del espacio verde. La casa y el parque, la casa y el jardín. Eso lo tenemos que romper. Es una situación más ambigua. La idea de fusionar ciudad y naturaleza es lo que nosotros proponemos; no es hacer parques, es que toda la ciudad tenga el funcionamiento de un parque. Por ejemplo, que las calles no tengan cloacas, que no tengan desagües entubados para el agua de lluvia, sino que esta agua drene y vaya hacia el freático o se acumule y luego se mande al freático. Que las calles funcionen como funciona un jardín, que los árboles que hay en la ciudad no funcionen como un árbol de ciudad, que funcionen como un jardín, para poder vivir mejor.

Toda la ciudad tiene que ser natural. Renaturalizar la ciudad es uno de los parámetros de nuestro libro. La ciudad necesita volver a fusionar los dos aspectos. La ciudad tiene que ser un lugar biofílico, para que pueda haber insectos, mariposas o abejas, y entender que esto puede funcionar junto a la vida urbana.

La vida urbana pretendía un confort antropocéntrico que era contrario de lo que es la vida de la naturaleza. En el momento en que se escogen para la ciudad árboles bordes para que no produzcan polen (para evitar alérgenos) o árboles que no hagan frutos (para no manchar las calles), es que estamos intentando leer la ciudad desde la mirada del ser humano. Pero desde la mirada de la naturaleza, los árboles tienen que dar fruto, el fruto tiene que caer al suelo y manchar el suelo. Y no pasa nada. Entre otras cosas porque el suelo no tiene por qué ser una cosa que se manche, sino una cosa que a lo mejor es tierra y absorbe. Para dar pie a que haya animales en la ciudad, que no sean solo perros atados, y que haya insectos, abejas, y por tanto polinización. Un ciclo de vida.

¿Podremos percibir la ciudad como una parte del entorno natural?

No es que debamos percibir la ciudad en el futuro como parte del entorno natural, es que debemos hacerlo desde ya. Debemos implantar sistemas de funcionamiento de la naturaleza en la propia ciudad. Nosotros trabajamos en el espacio público con elementos que son propios del espacio público. Si trabajas en un lugar que tenga tierra, trabajas con la tierra, trabajas con la vegetación.

Con el mobiliario urbano ocurre lo mismo. Intentamos que el mobiliario urbano tenga el mismo valor natural que tiene la propia intervención que hacemos en la naturaleza. Yo pediría a la gente que trabaja en mobiliario urbano que empiecen a esbozar un guion de cómo realizar el mobiliario urbano a través de elementos puramente naturales y, por tanto, alejados de elementos artificiosos. Para tener el mismo discurso tanto en el propio paisaje como en los elementos que lo visten.

No es que debamos percibir la ciudad en el futuro como parte del entorno natural, es que debemos hacerlo desde ya. Debemos implantar sistemas de funcionamiento de la naturaleza en la propia ciudad.

Joan Roig

Arquitecto y cofundador de Batlleiroig
Joan Roig