El proyecto de Manuel Baldrich, un complejo educativo
Se conoce la estirpe nobiliaria que habitó la finca documentada desde 972. Tras diversos sucesos, sus descendientes conservaron las tierras hasta 1944, año en que pasa a manos de un particular. Dos décadas más tarde, en 1964, es adquirida por la Diputación de Barcelona a través de la Obra Social de la Caja de Barcelona. El arquitecto y urbanista Manuel Baldrich (1911-1966) recibe entonces un encargo extraordinario, proyectar la escuela-residencia Bell-lloc y la urbanización correspondiente.
Manuel Baldrich, arquitecto de la Diputación de Barcelona y director de la Oficina de Urbanismo provincial, fue también autor de diversos planes urbanísticos. Además de sus notables obras arquitectónicas en la ciudad condal como los Hogares Mundet, el polígono Montbau o la piscina Sant Jordi, publicó numerosos libros y escritos y participó activamente en congresos, debates y seminarios.
El complejo educativo debía dar cabida a mil doscientos estudiantes, la mitad de los cuales se matricularían en régimen de internado, y a doscientos adultos entre personal docente y de servicio. Así, Baldrich eligió la parte más elevada del solar para ubicar los edificios escolares y sus instalaciones comunitarias y pistas deportivas, desmontando el terreno dieciséis metros para lograr un espacio completamente plano donde construir. El resultado, una serie de volúmenes magníficamente relacionados con el paisaje unidos a través de un sistema de porches para dar conjunto a la unidad y facilitar la circulación entre los edificios.
Así, se formó una plaza central delimitada por los aularios y residencias, el comedor, la iglesia y los propios porches. Un auténtico foro ajardinado que ejercía de punto de encuentro y orientación para los residentes y visitantes, coronado por el campanario de la iglesia, el centro de gravedad de esta gran explanada.
El arquitecto, y diseñador de buena parte del mobiliario, contó con la colaboración del escultor Josep María Subirachs para incorporar sus elementos artísticos en la iglesia, del pintor Albert Ràfols-Casamanda, que materializó su arte pictórico en la vidrieras perimetrales de la misma, y de Parvine Curie (nom de plume Arlette Marti), que esgrafió algunos muros exteriores del complejo. Un proyecto que, desarrollado en base a los principios de la arquitectura moderna, se resolvió con acierto en términos de proporcionalidad, distribución y materialidad, así como un cuidado diseño de los espacios exteriores y sus recorridos peatonales.
La reconversión en un parque de conocimiento
A mediados de los noventa, la escuela Bell-lloc cierra definitivamente sus puertas tras la fusión entre la Caja de Barcelona y “La Caixa” y sus obras sociales, lo cual originó un cambio de orientación en su política de ayudas. Tras años en desuso, el grupo Intramundana adquiere la propiedad, instalándose en 2003 y encargando a Parc de Belloch la promoción y gestión de la misma, atendiendo a una comunidad de empresas radicada en un campus central de aproximadamente 10ha. El grupo se instala en el edificio más cercano a la entrada y, con sumo respeto por su construcción original, se limita a realizar ligeras modificaciones interiores para adaptarlo a sus necesidades. Reviviendo así una serie de estancias que se habían detenido en el tiempo.
Posteriormente, en 2006 el estudio Batlle i Roig lleva a cabo una intervención de mayor calibre para adecuar los edificios y espacios exteriores que ocuparía la Universidad Corporativa de Telefónica. Una adecuación que realza la identidad y el valor patrimonial del lugar.
En la actualidad, Belloch Campus ofrece un privilegiado espacio para empresas y organizaciones que necesiten compartir conocimientos. Las múltiples salas de reunión, el confort del alojamiento y una cuidada propuesta gastronómica hacen del Campus un magnífico punto de encuentro para los eventos corporativos. Una invitación a organizar toda clase de actividades en la extensión de nuestras instalaciones, ya sean deportivas o de ocio. Experiencias inolvidables diseñadas a medida para la ocasión.
Parc de Belloch, un showroom singular
Un entorno idílico alejado de toda distracción, rodeados de árboles y con un vivero de vanguardia propio, que responde al nombre de Belloch Forestal.
Aquí seleccionamos y criamos árboles y plantas urbanas sobre la base de criterios razonados, empíricos y publicados en nuestro Canon de Belloch. Aquí concebimos y desarrollamos elementos de buen diseño, iluminación y mobiliario urbanos, microarquitectura y árboles. Cuatro vectores fundamentales para organizar la vida en la ciudad del siglo XXI, entre salones urbanos y parques frescos.
No hay mejor puesta en escena para asociar gestión, ecología y diseño -tres jóvenes disciplinas hoy insoslayables- que este lugar al que afortunadamente podemos llamar hogar. Recorrer la arquitectura de Baldrich bajo sus espaciosas pérgolas. Sentarse confortablemente entre jardineras, respirar aire puro y recordar la apasionante historia que acabamos de narrar.
